28/10/2021
Es cada vez más frecuente que los usuarios no utilicen intermediarios para la comercialización de sus pisos o apartamentos. Esta estrategia tiene como principal objetivo ahorrarse una cantidad de dinero en la operación inmobiliaria. Generalmente la figura profesional que mejor representa a estos intermediarios son los agentes de la propiedad o agencias inmobiliarias. En ambos casos, son los que llevan a cabo la gestión y comercialización de las propiedades.
No obstante, la realización de esta estrategia en la compra de un piso conlleva una serie de inconvenientes que deberán estar presente en la mente de los usuarios. ¿Cuáles son algunos de los más significativos para que puedan ser detectados rápidamente? Desde luego que uno de los problemas más relevantes en esta gestión personal consiste en que el proceso de comercialización suele ser más lento. Al demorarse la operación, al menos en unos cuantos meses.
Operaciones menos rápidas sin intermediario
En este sentido, la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Catalunya (AIC) y el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Barcelona han llevado a cabo un exhaustivo estudio en el que ponen de manifiesto que las agencias tardan en torno a tres meses en vender la propiedad desde que recibieron el encargo de sus clientes. Se trata de un tiempo sensiblemente superior al empleado por los propios dueños de la propiedad inmobiliaria. Donde algunos informes apuntan a que pueden doblar o incluso triplicar este periodo de tiempo.
Otro de los problemas más notables a los que se enfrentan esta clase de operaciones en la compra de un piso, apartamento u otras modalidades en la compra inmobiliaria es el derivado de tener un acceso más limitado en el número de oportunidades de compra. Esto es debido fundamentalmente a que la búsqueda de una vivienda está mucho más limitada. Generalmente está ligada a los contactos personales del comprador. Este hecho propicio, al fin y al cabo, que las ofertas que se pueden tener en cartera sean menores. Y, en cualquier caso, sin una referencia clara y objetiva sobre el precio del mercado.
Acceso a una oferta inmobiliaria más escasa
No menos importante es el hecho de que la no utilización de intermediarios en esta operación puede llevar a que sea mucho más complicado comprar un piso. O al menos ese que tanto desean los usuarios. No en vano, en el estudio anteriormente mencionado se expone que casi el 80 % de estas propiedades son comercializadas por agencias inmobiliarias. Esto quiere decir que si el comprador decide actuar por libre tendrá muchas menos oportunidades para cumplir con sus deseos.
El comprador dedicará más tiempo
En cualquiera de los aspectos, otro de los aspectos que perjudica en esta actuación es el que tiene que ver con el aspecto legal de la operación. Es decir, se deberán llevar a cabo una serie de actuaciones para constatar que la compra reúne todas las garantías. Como, por ejemplo, acudir al Registro de la Propiedad o incluso a la notaría para comprobar el estado del contrato. De la misma manera que todas estas gestiones generarán que el comprador tenga que dedicar mucho más tiempo a los trámites administrativos que requieren esta clase de acuerdos. Hasta el punto de que podrán plantearse si realmente les ha merecido la pena no contar con un intermediario inmobiliario.
Ausencia o falta de información
Mientras que, por otra parte, tampoco puede olvidarse que el comprador, como puede ser en tu propio caso, no es ningún experto en transacciones inmobiliarias. La consecuencia más relevante de esta falta de información es que al final estará en una posición de desventaja en relación con las gestiones de una agencia de compra y venta de pisos. No solo para fijar el precio de la operación. Sino que también para optimizar la gestión en los trámites que se requieren hacer en estos casos. A la vez que tendrá menos oportunidades para conseguir una rebaja en la compra. Debido a que no es un experto en esta clase de estrategias comerciales.
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