20/09/2023
Sin lugar a dudas, poner un piso en alquiler ofrece muchas ventajas en lo que a rentabilidad e ingresos pasivos se refiere. Ahora bien, también tiene una serie de desventajas de las que muchos propietarios no son conscientes cuando toman la decisión de alquilar su vivienda. En los últimos años ha aumentado de manera exponencial el número de inquilinos morosos, especialmente en grandes ciudades como Barcelona y Madrid. Inquilinos que no cumplen con su obligación de pagar la renta en el tiempo y la forma acordados en el contrato de arrendamiento.
Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo amistoso con ellos, los propietarios se ven obligados a iniciar un largo y costoso proceso judicial para recuperar su vivienda y cobrar la cantidad adeudada. Para ello, deben contratar a un abogado y a un procurador, lo que supone un duro golpe para su bolsillo, sumado al hecho de que no reciben los ingresos derivados del alquiler. Pero el impago por parte de los inquilinos no es el único problema que puede darse al poner un piso en alquiler.
El incumplimiento del contrato es otro de los más frecuentes: subarrendamiento de habitaciones, mascotas en la vivienda… Los propietarios redactan el contrato prestando especial atención a todas las cláusulas e indicando claramente cuáles son las normas, pero los inquilinos no siempre las cumplen. También pueden tener problemas de convivencia con los vecinos por actividades molestas.
A todo esto hay que sumar el vandalismo. En los últimos años, del mismo modo que ha crecido el número de inquilinos morosos, también lo ha hecho el de aquellos que no solo causan daños en la vivienda, sino que la destrozan por completo. En este caso, es necesario iniciar el proceso de reclamación de daños y perjuicios por los daños materiales al inmueble. Para obtener las pruebas pertinentes que justifiquen la reclamación, cada vez son más los propietarios que acuden al acto de entrega de llaves con un notario para que conste legalmente el estado en el que se encuentra el piso.
Teniendo todos estos inconvenientes en cuenta, si lo que realmente quieres es vivir tranquilo y sin ningún tipo de preocupación, la mejor decisión que puedes tomar es la de vender la vivienda. Si la tienes alquilada, ni siquiera tienes que esperar a que finalice el contrato porque la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) permite vender un piso con inquilino. Ahora bien, debes tener en cuenta una serie de condiciones, requisitos y plazos. El proceso de venta es un poco más complejo, así que lo más conveniente es contratar los servicios profesionales de una agencia inmobiliaria como AS Real Estate.
Nosotros te ofrecemos un servicio 360 grados de la mano de los mejores expertos del sector inmobiliario. Desde el estudio de mercado y la tasación inicial hasta la preparación de la documentación y la firma de las escrituras de compraventa ante notario. Nosotros nos encargamos de todo para que tú no tengas que preocuparte de nada. Tenemos más de 15 años de experiencia y nos caracterizamos por ofrecer una atención cercana y personal a nuestros clientes.
Vender un piso con inquilino: trámites y plazos
Si el contrato de alquiler continúa en vigor cuando decides vender el piso, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que el inquilino tiene derecho de adquisición preferente. Por lo tanto, una vez realizada la tasación y fijado el precio de venta, tienes que comunicarle esta información por escrito al inquilino. Una vez reciba la notificación, tiene un plazo de 30 días para decidir si quiere comprar el piso. Si no quiere comprarlo, puedes vendérselo a quien tú quieras. Si, por el contrario, quiere convertirse en propietario del inmueble, tenéis un plazo de 180 días para formalizar la operación.
Aunque el inquilino rechace la oferta de compra de la vivienda, no puedes desalojarle porque el contrato de alquiler está en vigor. En este caso, tienes dos opciones. Por un lado, puedes negociar con él para que abandone el piso de manera voluntaria, en cuyo caso te pedirá una indemnización económica.
Y, por otro lado, puedes vender la vivienda a un inversor. Esta es la mejor alternativa porque actualmente hay muchos inversores interesados en la compra de inmuebles para alquilarlos y sacarles rentabilidad. El hecho de que el piso ya esté alquilado es una gran ventaja para ellos porque evitan el proceso de buscar a un inquilino y, además, se aseguran de empezar a recibir ingresos desde el primer momento.
Cabe señalar que si el inquilino rechaza la oferta de compra y quieres venderle el piso a un tercero, no puedes entrar en la vivienda para enseñarla sin el permiso del inquilino. Por lo tanto, tienes que negociar con él el régimen de visitas de los interesados en el inmueble.
